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Por Ramón Elejalde Arbeláez

Los resultados electorales del pasado domingo trajeron no pocas sorpresas en el departamento de Antioquia. Obvio, también conocimos triunfos o derrotas esperadas.

Luis Pérez y Federico Gutiérrez, gobernador de Antioquia y alcalde de Medellín electos, son los dos grandes ganadores del certamen electoral de autoridades locales y regionales. Luis Pérez adelantó una campaña política impecable: no contestó agravios, utilizó poca publicidad en vallas, pasacalles y avisos de prensa, radio y televisión. No se dejó llevar a debates donde presumió que iba a ser objeto de ataques. Federico Gutiérrez, sin estructura política y con muchas ganas, pero con conocimiento de la ciudad y mucha juventud hizo de las universidades su primera fortaleza y de las calles de Medellín su gran escenario proselitista, Pasó de menos a más durante la última semana de campaña y el refuerzo de Eugenio Prieto, con su estructura electoral,  le resultó importante.

Las encuestas sobre alcaldía de Medellín, fueron las grandes derrotadas. Ninguna acertó y algunas fueron un fiasco de tal magnitud que el viernes, vísperas electorales, nos predijeron que Juan Carlos Vélez tendría el 53 % y que Federico Gutiérrez escasamente llegaría al 11 %. Ese descache lo tuvo nada menos que Cifras y Conceptos, la encuestadora de la cadena radial Caracol. Pero a decir verdad, ninguna acertó en lo más mínimo. En Bogotá, Cali y Barranquilla estas firmas fueron un poco más cercanas a lo que finalmente sucedió.

Los resultados para el Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe Vélez, fueron agridulces. Agrios por cuanto perdió la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia, supuestamente dos fortalezas de este dirigente político y dulces porque obtuvo una importante representación en el Concejo de la capital y en la Asamblea Departamental. La que parecía imbatible candidatura a la alcaldía de Medellín en cabeza de Juan Carlos Vélez Uribe, se desdibujó en la última semana de campaña por las falencias que desnudó el candidato en los debates televisivos, donde dejó en claro que era poco lo que conocía de la ciudad que pensaba gobernar, al extremo de que a los dos últimos no lo dejaron asistir. Pero además el Centro Democrático erró su estrategia de campaña: creyó que podía lograr tanto la Alcaldía como la Gobernación y por ello intensificaron la campaña del buen prospecto de Andrés Guerra y relegaron un poco la de Juan Carlos Vélez. De cierta manera decidieron sacrificar al pollito aliviado (Juan Carlos Vélez) para darle un poco de caldo al pollito enfermo (Andrés Guerra). Eso fue fatal, pues mientras esta estrategia se desarrollaba, Federico Gutiérrez se tomaba todas las calles de la ciudad en un esfuerzo sobrehumano por obtener el triunfo y a fe que lo logró.

Otro aspecto en el cual equivocó su estrategia el partido del Doctor Uribe Vélez fue en el de la agresiva campaña que adelantó. Eso de decir que “Lo que es con Uribe es conmigo”  cayó desafiante y retador entre los electores. La campaña contra Santos, algo que ya era suficiente con los comentarios callejeros, fue llevada a los pasacalles y avisos y eso también le infundió al elector el temor de convertir a Medellín en una trinchera de la oposición contra el Gobierno central.

 

 

 

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