No obstante tratarse de un corto matrimonio, la historia de Urabá está estrechamente ligada a la de la comunidad de los padres carmelitas. La misma se inició a “principios de 1914 cuando llegaron a Frontino, acompañando al ilustrísimo señor Maximiliano Crespo, obispo entonces de la diócesis de Antioquia, los reverendos padres Luis de la Virgen del Carmen (Aizpuru) y Abundio de la Cruz (Belloso), de la orden carmelitana española, quienes conocieron y estudiaron el lugar donde algunos vecinos entusiastas habían empezado la construcción de una capilla. Además contemplaron la posibilidad de radicarse en la municipalidad para atender la labor misional de Urabá, lo que en efecto sucedió meses después”.
La presencia de los padres carmelitas en Colombia se inició cuando los sacerdotes Luis de la Virgen del Carmen (Aizpuru), Abundio de la Cruz (Belloso) y Ricardo Echebarría fundaron en Villa de Leiva, en el año 1911, la primera casa de la Orden Carmelitana. A esta siguió la de Frontino el 6 de julio de 1914, labor a la que se sumó Pacífico Cembranos, quien fuera el primer prefecto apostólico de Sucumbíos, Ecuador, y el hermano José María de la Virgen del Carmen (Serna), de la misma orden. El objetivo principal era instalar en este municipio del Occidente antioqueño el epicentro inicial de la labor misional de la comunidad en Urabá.