Este 21 de noviembre se cumplen diez años del fallecimiento de don Joaquín Emilio Bedoya Gómez, famoso cantante y compositor de música parrandera, quien con sus hermanos José Ángel y Agustín, inmortalizaron y popularizaron la llamada música guaca en nuestro suelo patrio. Ellos habían nacido en la vereda Cabras del municipio de Frontino y concretamente Joaquín, el 10 de febrero de 1943.
Fue su hermano José, el mayor de la camada, quien inspiró a Joaquín en las artes de la música popular y lo hizo en su lejana juventud. Aguardiente pal chofer, Llegaron las Putiérrez, Échale agua a la sopa, El ñanga ñanga, La dulce toma y cientos más de variados temas, hicieron y siguen haciendo, las delicias decembrinas de los colombianos.
Se le reconoce a don José A. Bedoya ser el pionero de la música guasca y fue él quien le enseñó a Joaquín a tocar la guitarra. Las primeras grabaciones de este último fueron El espanto y Desconfíales a las mujeres, grabadas para Discos Victoria en 1960. Sus primeras composiciones fueron El relojito y El fiambre de Estela. Con José Muñoz y Adriana Holguín integró el grupo Los Raros. Su música la definió Alberto Burgos en su obra “La música parrandera paisa”: “Siempre poniéndole un poco de picardía, claro que no muy fuerte, porque si uno lo hace muy vulgar no sirve para las casas, pues en las casas hay niños”.
Don Joaquín cursó sus estudios primarios en la ciudad de Bello, en la escuela Marco Fidel Suárez y el bachillerato en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Ya había yo escrito sobre el maestro Bedoya: “Cuando se escriba la historia de la música parrandera en Colombia, indudablemente que los nombres de José A., Agustín y Joaquín Bedoya Gómez tendrán lugar preferente en este compendio y quien lo creyera, la violencia política que se inició en 1947 juega un papel preponderante en la consolidación cultural de este género musical, ya que muchos cantantes de pueblo y vereda se ven obligados a refugiarse en Medellín y en el Valle de Aburrá, donde para rebuscarse la vida imponen su gusto musical.
Quien abrió la brecha en asuntos musicales fue José Ángel quien instruyo a sus hermanos en esas lides. Habían nacido en la vereda Cabras del municipio de Frontino y las primeras actuaciones musicales de José A, las realizó en el mismo sitio y en lugares vecinos como El Uvo, El Madero, El Oso y Nobogá. Cuenta que a la edad de 15 años ya hacía parte de una banda musical en el municipio de Uramita. Acosados por la violencia partidista se ven compelidos a abandonar su tierra natal y buscar refugio en la ciudad de Bello, quien los acoge y les facilita trabajar, a algunos de ellos y a otros hermanos en la que fuera su empresa emblemática, Fabricato. En esta ciudad Agustín y Joaquín toman lecciones de guitarra de la mano de su hermano José.
Joaquín Bedoya, el Rey de la Parranda, fue un alumno aventajado y prontamente interpretaba con propiedad la guitarra, la lira y el tiple. Grabó más de 40 discos de larga duración para las firmas Fuentes, Codiscos y Discos victoria. Interpretó más de 600 composiciones y fue artista parrandero de primer orden durante más de 53 años.
Hoy, diez años después de su fallecimiento y como todos los diciembres, recordamos con cariño y gratitud a don Joaquín Bedoya y a sus hermanos.
NOTÍCULA. Por honrosa designación del Señor presidentede la República me estaré ocupando en los próximos meses de los diálogos socio-jurídicos con las estructuras al margen de la ley de la ciudad de Medellín y el Valle de Aburrá, bajo la coordinación de la senadora Isabel Cristina Zuleta López. Por esa razón mis artículos de opinión seguramente serán más espaciados y poco o nada se ocuparán de los temas políticos de actualidad, pues la discreción me obliga a estar alejado de los mismos.