Por Ramón Elejalde Arbeláez
Si bien en lo cotidiano los usamos como palabras sinónimas, existen diferencias entre un estudiante y un alumno. Etimológicamente “alumno procede del latín “alumnus” a su vez derivado del verbo “alere” en el sentido de la acción de quien se nutre de saber. El estudiante, por su parte, es el que estudia, y procedente del latín “studium”, con el significado de quien realiza algo con afán y deseo. El alumno es quien, con actitud pasiva recibe el alimento intelectual por parte del poseedor de dicho alimento y se va llenando de él. Es usual escuchar el sobrenombre de “Comelibros” aplicada a un buen alumno, lo que estaría bien dicho, pero si se aplicara a un buen estudiante, habría que aclararse de qué modo los “come” ya que el estudiante es quien se compromete con el saber, lo interroga, lo desea, está motivado hacia el aprendizaje que lo complete pero poniendo mucho de sí mismo en el proceso, o sea que “traga” el contenido pero luego de un profundo proceso de “masticación”.
Alumno es la denominación que puede caracterizar con mayor acierto al sujeto pasivo de la relación tradicional docente-alumno, donde el rol protagónico lo tenía el primero. En cambio la pedagogía moderna debe emplear con mayor precisión el término estudiante para reforzar la idea de que quien incorpora el saber debe hacerlo motivado, guiado por el docente, pero con un gran aporte de sí mismo.
Como docentes podemos emplear uno u otro término indistintamente, pero en la práctica cotidiana, aunque los llamemos por costumbre “nuestros alumnos” tengamos en cuenta que necesitamos que se desarrollen como estudiantes, para triunfar en la vida. Que investiguen, exploren, sientan curiosidad, se arriesguen y encuentren que el conocimiento es un medio imprescindible para desarrollarse en plenitud y libertad.
Analicemos los significados que la XXIII edición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, octubre 2014: Estudiante: 1. Que estudia. 2. Persona que cursa estudios en un establecimiento de enseñanza. Alumno (a): 1. Persona que recibe enseñanza, respecto de un profesor o de la escuela, colegio o universidad donde estudia. 2. Persona criada o educada desde su niñez por alguien, con quien mantiene una cierta vinculación.
De las primeras acepciones de ambas palabras se puede deducir que todos los alumnos son estudiantes, mas no todos los estudiantes son alumnos, de donde aparece la incompleta sinonimia que no afecta los conceptos. Esto se puede obviar con el uso de las preposiciones adecuadas pues es claro que un alumno depende de un profesor o de un establecimiento para su aprendizaje, mientras un estudiante ejecuta su acción de estudiar ante un profesor o en un establecimiento. Esto hace que la sinonimia sólo sea aparente. Por tanto decir “soy estudiante de Unaula”, es incorrecto a pesar de lo difundido que se encuentra. «Soy alumno de Unaula» y «Soy estudiante en Unaula» son correctas aunque la segunda nadie la usa.