La tragedia del hambre en Colombia

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Mientras el Gobierno le pide a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –FAO- que retire a Colombia del mapa de riesgo alimentario, la Asociación de Bancos de Alimentos –ABACO-, institución que agrupa a más de veinte bancos de alimentos en el país, insiste en señalar que “la situación del hambre en Colombia sí es crítica”.

Para entender este fenómeno es bueno precisar primero que hoy Colombia tiene cerca de veintidós millones de personas en condiciones de pobreza, cuando en 2019, es decir antes de la pandemia del covid, la pobreza llegaba a cerca de diez y ocho millones. Los connacionales en condiciones de pobreza extrema son cerca de ocho millones, cuando antes de la pandemia el número era cercano a los cinco millones. Es decir que hoy tenemos cuatro millones más de pobres y tres millones más de pobres absolutos. Toda una tragedia. Eso nos indica que existen millones de colombianos que se acuestan con hambre y que difícilmente hacen una comida en el día, pero también nos indica que ese mar humano carece de los ingresos necesarios para comprar la comida que requieren para su subsistencia. Es posible que el Gobierno obtuviera que la FAO excluyera a Colombia de ese vergonzoso y objetivo mapa, pero la realidad es dramática y dolorosa.

Revela la encuesta Nacional de Salud Nutricional que el 54.2 % de la población colombiana vive en inseguridad alimentaria. El 10.8 % de los niños menores de cinco años en Colombia tienen desnutrición crónica, que los signará de por vida a sufrir las secuelas de semejante injusticia. El Estado y la sociedad deben tomar acciones urgentes para implementar los mecanismos que le permitan alimentar a los ocho millones de pobres absolutos, antes que esa legión se convierta en factores graves de desestabilización.

Dice ABACO que: “Cerca de 21 millones de colombianos se encuentran en pobreza monetaria con ingresos per cápita promedio de $331.000 mensuales, “lo que no les alcanza para comprar una canasta básica de alimentos”. Asimismo, 15.9 millones de colombianos consumen dos o menos comidas al día, y cinco millones de colombianos sufren o sufrieron desnutrición crónica y hoy padecen sus secuelas”(El Espectador).

Durante los primeros nueve meses del año 2021 murieron en Colombia ciento quince niños por física desnutrición, lo que retrata la gravísima realidad de la pobreza en el país. Ese número amenaza con incrementarse dramáticamente durante el presente año, que era lo que quería significar la FAO al incluirnos en el mapa de riesgos de extrema pobreza en el mundo, donde acompañábamos a otros veinte Estados.

El abandono del campo por consecutivos gobiernos ha llevado a que no tengamos manera de abastecernos de alimentos. Hoy importamos el 30 % de los alimentos que consumimos y es dramático el caso del maíz, del que importamos el 78 % de lo que consumimos. Caro pagaremos la dejadez y desidia con el campo y los campesinos y los mal negociados TLC con varias naciones. Llegó la hora de ver las consecuencias.

El negar todo, muy usual en este período presidencial, es malo, cuando la realidad avasalla.

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