La salud en Colombia es una calamidad

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Contrario a lo que algunos espontáneos afirman en redes sociales, soy un convencido que el sistema de salud colombiano es un desastre. Seguramente quienes afirman lo contrario están afiliados a medicina prepagada y de allí la defensa que hacen de lo existente. Lo cierto es que con una población donde un poco más del 70 % bordea niveles alarmantes de pobreza, un desempleo generalizado y abundantes trabajadores informales, quienes podemosprepagar los servicios médicos somos unos pocos privilegiados. Esos no podemos definir el sistema de salud que requiere Colombia.

Las Entidades Promotoras de Salud -EPS- son intermediarias entre el Gobierno que pone parte de la plata para la salud y las Instituciones Prestadoras de Salud -IPS- como son los hospitales, centros de salud, etc., quienes realmente atienden la salud de los colombianos. Esa intermediación tiene un costo calculado en unos ocho billones de pesos, de los cerca de setenta billones que les gira el Estado anualmente. Algo más, esas EPS se han dedicado a rendirle culto al llamado “yo con yo”, construyeron o adquirieron hospitales, lavanderías, farmacias, clínicas, centros de salud, para ellas mismas prestar el servicio y contratarse consigo mismo. Eso,cuando no han dedicado los recursos de la salud a patrocinar equipos de fútbol, torneos de tenis, construir canchas de golf, financiar políticos en campaña y un larguísimo y vergonzoso etc. La salud no debe tener esta costosa intermediación, esa vena rota. Los dineros estatales para ésta deben ir a eso y no a enriquecer poderosos grupos económicos o afortunados dueños de EPS.

Más del 70 % de los colombianos saben, les consta y han vivido la penosa realidad de tener que mendigar una cama en una clínica para que les puedan atender de sus dolencias. Esos compatriotas han tenido muchas veces que acudir a políticos para que estos ejerzan su poder con el fin de exigir que un examen de laboratorio, una atención de especialista, se pueda realizar. Las citas médicas para quienes no tienen como prepagar su salud, son bíblicas. En algunas ocasiones cuando estas se conceden, ya la persona ha fallecido. Ese no es el sistema de salud que queremos, que deseamos los colombianos.

Terminando de escribir este artículo me llegó un doloroso mensaje de una madre angustiada con la situación grave de sus dos hijos adolescentes. Autorizado por ella, cito textualmente su mensaje de dolor: “Soy Yury Catalina Gómez Gómez, docente de la Institución educativa Jesús María Valle Jaramillo. Tengo dos hijos, Yury María y José Julián Arenas Gómez de diez y siete y catorce años. Ambos poseen una enfermedad rara o huérfana, llamada Discinesia Ciliar Primaria (DCP), de alta complejidad. Tienen una infección en estos momentos por pseudomonas aeruginosapulmonar, que es la más compleja en este tipo de enfermedades. Ellos necesitan urgentemente ser tratados, pero la EPS Sumimedical Unión Red Vital, no les ha entregado su tratamiento como debería ser y por eso hago un llamado a través de esta carta abierta para ser escuchada y que mis hijos puedan obtener los medicamentos que requieren y a que tienen derecho. Esta es la dramática situación, el diario padecer de los colombianos, que no tienen recursos y además esta es la clase de atención médicaque tiene el 70 % de los colombianos y que clamamos se cambie para que efectivamente tengamos una atención médica de calidad en igualdad de condiciones a los económicamente solventes.

Oro día me ocuparé de la peregrina defensa de la intermediación en la salud cuando afirman que girarle los dineros directamente a los municipios y departamentos o a las IPS es entregarles esos recursos a los políticos inescrupulosos, como si alrededor de algunas de las EPS no proliferaran y vivieran muchos de estos vivarachos.

Yo personalmente veo a la ministra Carolina Corcho y al presidente Gustavo Petro, recorriendo el camino correcto y buscando reales soluciones a un sistema de salud oprobioso y excluyente. Tener un carnet no es tener salud.

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