La tragedia de la muerte (o de la vida?)

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Estoy seguro amable lector que el nombre de José Luís Carvajal Alcaraz nada trascendental te indique. Este era un joven educador en el municipio de Belmira, rebelde, inquieto, librepensador no obstante provenir de una familia tradicionalmente conservadora. Un fulminante ataque cardíaco puso fin a su permanencia terrenal y dejó a sus padres, Héctor y Flor Elena devastados por su prematura partida.

José Luís, al finalizar la mañana del pasado jueves, nos había enviado a sus amigos y conocidos, hinchas del Deportivo Independiente Medellín, un mensaje donde nos invitaba a que le hiciéramos “fuerza hoy al Medellín”, por lo demás el equipo de sus desvelos y de sus amores, al que seguía con pasión y lealtad. Ironías de la vida, durante el transcurso del partido que jugaban el DIM y el onceno ecuatoriano 9 de Octubre, José Luis encontró la muerte. Así que no pudo disfrutar el triunfo de su “poderoso” equipo.

Otra de sus pasiones era la docencia. Sirvió con eficacia y eficiencia en planteles oficiales de varios municipios antioqueños, terminando hace poco en el bello pueblo de Belmira. Finalmente era un ferviente liberal, no obstante, las circunstancias familiares, que le eran contrarias pero amorosas y tolerantes. Hace unos cuarenta días me había llamado a notificarme: “Desconozco cuál será el candidato liberal a la presidencia de Colombia, desconozco cuáles sean sus preferencias a ese respecto doctor Elejalde, pero yo he tomado la decisión de acompañar a Federico Gutiérrez. Tenga presente que en las luchas regionales y locales continuaré apoyando a mi partido liberal”. Consecuente con mi formación me limité a responderle: “Respetable tú posición. No te preocupes, somos un grupo librepensador y respetuoso de las decisiones de nuestros amigos”

Estas muertes tempranas, de personas llenas de vida y de esperanzas, remueven en nuestro hogar padecimientos semejantes. Comprendo el dolor de Héctor y Flor Elena, los padres de José Luís, lamentablemente no tengo esperanzas para brindarles. En mi hogar lloramos un poco menos, pero aún lloramos la pérdida de nuestra hija Ana Mercedes. Son laceraciones que deja la vida y que nunca podrán cicatrizarse.

Extraña y reveladora la última anécdota de José Luís: Serían las dos de la tarde, poco antes de caer fulminantemente muerto, cuando decidió buscar un sacerdote para que le recibiera la confesión. Luego se recostó en su cama a dialogar con su señor padre. ¿Presintió la muerte?

Extraña es la vida que solo tiene una inmensa realidad, la muerte, que todos nos negamos a aceptar. Paz en la tumba del joven José Luis y resignación a los suyos.

NOTÍCULA. La muerte se ha enseñoreado de mi región de origen. Los catorce mineros muertos en el municipio de Abriaquí, varios de ellos oriundos de Frontino, mi pueblo, son motivo de inmenso dolor para la zona. Allí pereció Humberto Rodríguez Celis, mi amigo. Paz en la tumba de todos y resignación a los suyos.

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