Fico, muy liviano

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Las elecciones parlamentarias y las consultas presidenciales celebradas el pasado domingo han dejado varias realidades que es preciso valorar y tener presente. Algunas situaciones se consolidaron y otras variaron, como parece obvio.

Indudablemente que Gustavo Petro solidificó su robusta presencia electoral, como lo pronosticaron todas las encuestas, encuestas que después de muchos eventos se reivindican ante la opinión pública. Petro exhibe una presencia en el próximo Congreso igual o superior a la del Centro Democrático hoy como partido de Gobierno. Sus votos en la consulta y en las listas que le eran afectas, lo dejan cerca de ganar en la primera vuelta o como seguro seleccionado para la segunda; duplicó la votación de Federico Gutiérrez y sextuplicó la de Sergio Fajardo. Petro es hoy figura preponderante y necesaria de cara a los certámenes electorales de mayo y junio, si ha lugar a este último.

El Centro Democrático disminuyó dramáticamente su votación y consecuentemente su representación parlamentaria. El desplome electoral es consecuencia de la baja imagen del Gobierno de Iván Duque y del jefe del movimiento, doctor Álvaro Uribe Vélez. Éste último permaneció protegido por un teflón especial que le permitió por veinte años mantener una altísima imagen favorable y que ahora se desmorona. En su caída electoral el Centro Democrático acude a una hábil jugada política: fortalecer a Federico Gutiérrez en la consulta, sin importar que tenían candidato (Oscar Iván Zuluaga) y lo efectuó en la compañía de un sector importante del partido Conservador, en detrimento de las candidaturas de Alex Char, David Barguil, Enrique Peñaloza y Aydé Lizarazo. La verdad sea dicha y no cuestiono a Gutiérrez como persona, sus realizaciones en la alcaldía de Medellín y las propuestas ahora como candidato, son demasiado livianas para recibir la responsabilidad de un Estado descuadernado y que parece navegar al garete como el nuestro. Sus falencias programáticas salen a flote en los debates, donde deja advertir su único atributo, atacar a sus contradictores. Indudablemente que a Federico Gutiérrez le tocará cargar el pesado fardo de ser el candidato continuista y del Centro Democrático, asunto que no podrá ocultar como lo han pretendido él y sus mentores Uribe Vélez y compañía.

A los partidos Liberal y Conservador, ¡quién lo creyera! Les fue relativamente muy bien en las pasadas elecciones. Los conservadores fueron la segunda fuerza nacional en votación y los liberales la primera fuerza en parlamentarios elegidos. Los azules desperdiciaron la brillante ocasión de tener un candidato de sus filas y ser opción de poder.

El liberalismo, con algunos candidatos al congreso muy cuestionados y sin candidato presidencial propio o definido, resultó sacando una votación decorosa que le permite ahora ser fiel de la balanza en la selección del próximo presidente. El paso que dará el liberalismo en los próximos días serátrascendental y no se puede equivocar. No veo, no quiero ver al partido de Uribe Uribe, Gaitán y Galán acompañando una opción de extrema derecha y aliado con sus verdugos que desde el año 2002 lo vienen tratando de aniquilar o minimizar. El partido tiene que regresar a sus fuentes si quiere aprovechar el momento histórico para reivindicarse. A mí por lo menos, una decisión equivocada, no me compromete.

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